Navidad, época de esperanza, fe y amor

Luces, música, días fríos, arboles cargados de adornos, indican que la temporada más esperada y apasionante del año está a pocas horas de sorprendernos: La Navidad. Luego de pasar la ruta del Adviento, que es un tiempo para salir de ciertos esquemas y prejuicios hacia Dios y los hermanos., la Navidad toca las puertas y le damos la Bienvenida.

La Navidad es una época para recordar al Hijo de Dios, su Nacimiento, renovar nuestra determinación de tomar Su nombre sobre nosotros. Reconocer el propósito de su venida, el Dios que por amor a la humanidad se hace hombre para habitar entre nosotros Es el tiempo para reflexionar nuestra vida y evaluar nivel personal pensamientos, sentimientos y hechos.

Es necesario dejar que éste sea una época de recuerdo, de gratitud y un tiempo de perdón. El Papa Francisco ha expresado varias cosas sobre la Navidad, entre ellas: La Navidad es la inaudita ternura de Dios que salva el mundo encarnándose. La Navidad debe provocar en nuestras vidas que las personas estén antes que las cosas. Para vivir la Navidad, hay que redescubrir la pequeñez de Dios.

Dios no quiere apariencias, sino situaciones concretas.

En Navidad, Dios es pobre. No nos volvamos indiferentes ante el drama de los emigrantes, de los desplazados y de los refugiados.. Desde el pesebre, el Niño nos pide que seamos voz de los que no tienen voz. En esta época como en todo tiempo, Dios desea tanto abrazar nuestra existencia que, infinito, por nosotros se hace finito; grande, se hace pequeño.

He aquí el mensaje del Papa Francisco, “La Navidad esta llegando y aquí una reflexión.

Que en esta Navidad entiéndas el verdadero sentido de la fecha en que nació un hombre bueno intrépido y que el dueño de la fiesta no pueda ser olvidado venido del polo norte en un trineo lleno de luces, Papa Noel es recordado mucho más que Jesús.

Que balanza tan incoherente donde un saco de regalos pesa más que una cruz, sé que dar regalos es bueno pero lo mejor es ser un presente, ser amigo, ser compañero un abrazo más cálido permite que nuestros ojos no vean solo a nosotros mismos en este momento.

Haz una reflexión independiente de creencias, fe o religión. Practica el bien sin parar porque no sirve de nada orar si no existe acción.

Alimenta aún hambriento que vive en medio de la calle, abriga a un indigente cubierto solo por la luna, tu parte es ayudar y el mundo puede cambiar cada uno haciendo su parte abrazar a un desconocido, perdóna a quien te hirió, esfuérzate para levantar a un amigo que cayó y trata de dar esperanza a alguien que se rindió, convence a quien está triste de que vale la pena sonreír, aconseja a quien se detuvo que aún queda camino por seguir y para aquel que se equivocó hay tiempo para corregir, haz el bien por cualquiera sin preguntar por qué parece pasado de moda suena un poco cliché pero actuando ayudas a alguien, el beneficiado eres tú que pueda ser bueno empezando en enero y que este sentimiento sea firme y verdadero que vivas en Navidad todo el año todo el tiempo. ¡Feliz Navidad!”

Cortesía: Poder Popular.