Honduras y la tradición de la quema al año viejo

Los años viejos son figuras que representan a político u otros personajes que no cumplen con las exceptivas el pueblo, por lo que quemarlos es una forma de dejar atrás los malos recuerdos y comenzar un nuevo año con esperanzas renovadas. La quema del “año viejo” no solo es un espectáculo de llamas y explosiones, sino también un símbolo de renovación.

En Honduras esta tradición se remonta a mediados del Siglo XX y desde inicios s de diciembre, que en varios rincones del Distrito Central se pueden observar los emblemáticos “años viejos”, figuras hechas de cartón, papel, zacate seco y materiales inflamables, listas para arder mañana 31 de diciembre. Aunque la Alcaldía Municipal del Distrito Central, AMDC, mantente la campaña Cero Pólvora, hay ciudadanos que se las ingenian para comprar cuetillos, petardos para reducirlos a cenizas, por lo que se pide tener precaución.

Vestidos con ropa desgastada, zapatos roto, que más parecen piltrafas, estas figuras, que imprimen cierto aire de nostalgia llamadas también monigotes, animan las calles de los sectores populares de la ciudad, previo al adiós definitivo al 2024.

En definitiva, la quema de años viejos más que una tradición y un espectáculo en llamas se vuelve una manera pacífica de protestar y castigar a un año mal portado y para los hondureños, despedir el año de esta manera significa abrir paso a nuevas esperanzas y sueños para sus familiares y amigos.

Cortesía: Poder Popular.