Abundan actos de bondad en Juegos Olímpicos extraordinarios

Un surfista que interviene para traducir las palabras del rival que acaba de vencerlo. Amigos en salto de altura que acceden a compartir una medalla de oro en lugar de disputar un desempate. Dos corredores que tropiezan y se ayudan a cruzar la meta.

En unos Juegos Olímpicos extraordinarios en los que la salud mental ha acaparado reflectores, es posible encontrar actos de bondad en todas partes. Los deportistas más competitivos del planeta han sido captados mostrando su gentileza y cariño — celebrando, alentando y enjugando las lágrimas de decepción de otros.

El surfista japonés Kanoa Igarashi estaba decepcionado por caer ante el brasileño Ítalo Ferreira en el debut de su disciplina en el programa olímpico.

No solo desperdició su oportunidad de ganar un oro en la playa en la que creció surfeando, sino que también era el blanco de las burlas de los trols brasileños en redes sociales.